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De la gente de mi quinta, pocos eran los que leían tebeos, y menos los que les apasionaba, con lo que poco a poco empece a frecuentar las amistades de mi hermano menor que eran mas afines a mi gusto, de hecho con ellos entré en el mundo d los fancines y formé mi primer colectivo/asociación. Años después, empece a frecuentar ambientes mas bohemios y me acabe alistado al movimiento de los cuentacuentos, mas tarde volví a mis fueros de comic Fundando Ciudad Gótica con gente aun mas joven que los anteriores, etc, etc, etc...
El frecuentar grupos con una media bastante mas joven de mi edad, y mi aspecto informal ha hecho hasta que mucha gente cargara diez años menos a mis espaldas, y como es como me sentia, no solo no me importaba sino que hasta me halagaba.
Pero este año me trajo un inesperado regalo: Canas. Alguna que otra aislada por mi sien y muchísimas en mi barba. Sumémoslo a que los clientes de la tienda me han empezado a llamar de “Usted” y que incluso una vez que me hice mi afeitado de cada mes y medio un cliente me dijo que le había pedido una cosa “al otro”, me hace plantear si, a pesar de que a mi cara no le sienta excesivamente bien, no debería empezar a afeitarme a diario y recuperar el Peter Pan interior, al menos hasta que la solución sea afeitarme también la cabeza.
SI, es lo mas habitual de mundo y lo hacen prácticamente todos, pero como yo tengo la suerte de que mi jefe no me dice nada.
Al margen, ya tengo pagina en Facebook, por ver está si la uso realmente para algo.
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